Hace pocos días finalizaba la 27ª Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Según los agentes participantes, en esta edición apenas se ha llegado a acuerdos de calado y los Estados han puesto de manifiesto las dificultades del contexto internacional actual para buscar consenso sobre qué líneas se deben seguir en la lucha contra el cambio climático. Parece así que tendrán que ser las empresas las que tengan que seguir este camino hacia la sostenibilidad, en muchos casos sin una hoja de ruta clara, y con la responsabilidad de cumplir con los objetivos propuestos.
Una de las pocas medidas que han salido de esta conferencia ha sido la aprobación de una resolución para la creación de un fondo que estará destinado a financiar los daños climáticos que están afectando, sobre todo, a los países más vulnerables a los efectos del calentamiento global. Sin embargo, quedan aún muchos detalles por concretar en este sentido, como la cantidad destinada a este fondo y la manera en la que se llevará a cabo el abono de las pérdidas y daños causados.
Según informaba Bloomberg, los países han acordado que aquellas naciones que más emisiones emiten también contribuyan al fondo. Como datos a tener en cuenta del calado de esta medida hay que tener en cuenta: en 2021, China emitió el 31% del total de CO2; la UE, el 7%; la India el 7,2%, pero subiendo de manera casi exponencial; mientras toda África subsahariana -excluyendo África del Sur-, inferior al 1%.
Lo que ha quedado claro es que esta pasada COP no ha sido una prioridad de los gobiernos internacionales. El interés de la COP lo han centrado expertos, organizaciones de la sociedad civil y empresas relacionadas con la energía.
Ante la falta de un consenso claro sobre el camino a seguir, las empresas se han puesto a caminar juntas en espacios de interés común. Un ejemplo es el de Bcorp, una comunidad de empresas que buscan ser, no sólo las mejores del mundo, sino ser también las mejores para el mundo, y cuyo objetivo es construir una economía más inclusiva y sostenible. Según explican desde Bcorp, “las empresas son uno de los mayores contribuyentes a la crisis climática y, sin embargo, también están entre los actores más importantes en la búsqueda de soluciones”. En APPLE TREE hemos querido formar parte de este movimiento y acabamos de ser incluidos en este selecto grupo de organizaciones que trabajan en favor del bien común, desde una triple dimensión: social, medioambiental y organizacional.
En este sentido, -en plena emergencia climática- como parte de la evolución de las normas B Corp, los requisitos específicos en torno a la acción climática y la gestión medioambiental son dos de los 10 temas que se proponen como no negociables para que todas las empresas puedan certificarse.
La comunicación de la sostenibilidad, el gran reto de las empresas
Pero las demandas de los gobiernos y la sociedad en general sobre el compromiso de las empresas en materia de sostenibilidad está suponiendo todo un reto para las compañías. Seguir los estándares de gobiernos y legisladores a la hora de comunicar sobre estos parámetros y al mismo tiempo saber trasladar el impacto de estas políticas a la sociedad en general y sus consumidores, está resultando más complicado de lo que parece.
Según KPMG, el 68% de los consumidores no se cree los mensajes y promesas que lanzan las compañías y dos de cada tres empresas ya son analizadas por analistas ESG una o varias veces al año, quienes juzgan y evalúan el desempeño sostenible de las organizaciones.
La comunicación desempeña un papel fundamental en el mundo de la sostenibilidad empresarial porque permite las empresas informar a sus públicos y crear un entendimiento mutuo. Entre otras cosas, comunicar la sostenibilidad permite al público ser consciente de cómo los productos que se les ofrecen van a satisfacer sus necesidades al mismo tiempo que abordan cuestiones económicas, sociales y medioambientales.
Un nuevo marco en la comunicación de la sostenibilidad, los ESG
En este sentido, en los últimos años las empresas se han sumado a diferentes modelos de comunicación de su compromiso con la sostenibilidad, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Y más recientemente, las empresas buscan cómo trasladar sus informes de ESG a sus diferentes públicos (inversores, empleados, consumidores, partners…). Este es el nuevo reto. Desde APPLE TREE nos hemos adelantado con la puesta en marcha de un área de comunicación específica dedicada a la comunicación de la sostenibilidad para clientes que quieren comunicar de un modo creativo y que conecte con las personas.
Para patricia Meso, directora del área: “La comunicación de la sostenibilidad se ha convertido en un imperativo para las compañías, tanto desde el punto de vista del regulador como de los consumidores. No solo basta con hacer las cosas bien, también hay que saber contarlo de una manera que consiga conectar con las diferentes audiencias. Algo que requiere de creatividad innovación, y por supuesto, de una visión estratégica, para que este esfuerzo se materialice en una mejor reputación corporativa de las compañías”
Una sociedad cada vez más comprometida con la sostenibilidad medioambiental
Como hemos visto con esta pasada conferencia sobre el cambio climático, la sociedad vuelve a demostrar su interés por un mundo más sostenible y con opciones que respeten el medio ambiente. Por eso, aunque en la COP no se haya llegado a acuerdos concretos, las empresas no pueden dar la espalda a una mayor conciencia medioambiental por parte de sus consumidores.
En este sentido, según el Estudio Global de Sostenibilidad 2022, elaborado por Simon-Kucher & Partners, el 75% de los encuestados afirma que han cambiado sus hábitos de compra durante el año pasado, al menos de una manera moderada, para ser más sostenibles. El movimiento de los consumidores sostenibles es imparable y las marcas que no se sumen tendrán -desgraciadamente- una vida muy corta, o al menos perderán una ventaja competitiva muy fuerte con respecto a su competencia.
Los más jóvenes han sido los protagonistas del movimiento en contra del cambio climático y esto se refleja también en su forma de consumir. El auge de la moda de segunda mano es solo la punta del iceberg de un cambio de consumo imparable. La Generación Z está desmontando todos los mitos sobre la moda y la sostenibilidad. Así, aplicaciones como Vinted -que ya tiene más de 6 millones de usuarios en España- están cambiando el modo de consumo de la nueva generación de consumidores.
La sostenibilidad se ha convertido en un requisito indispensable del consumo de las nuevas generaciones, algo que las marcas deberán incorporar como una obligación si quieren seguir siendo relevantes.