La pandemia del COVID-19 nos está mostrando como se redefine la forma en que la industria piensa acerca de los eventos. En este contexto, un evento cancelado puede ser un revés menor o un gran problema para muchas empresas, dependiendo de los planes de negocio específicos para el evento. Pero una cosa es cierta, perderse un evento significa perder la oportunidad de generar experiencias que han sido planificadas previamente para poder compartirlas.
La comunicación virtual se reafirma hoy como la única vía para seguir conectados con el mundo exterior. Por ello y para seguir comunicando los eventos que nunca llegaron a realizarse, destacamos algunos puntos importantes que los profesionales deberían tomar en cuenta.